sábado, 8 de febrero de 2014

Mamíferos que no lo parecen (II): Los equidnas.

Junto con los ornitorrincos, los equidnas o taquiglósidos, son los únicos mamíferos ovíparos, es decir, ponedores de huevos.
Su apariencia es muy diferente de la de los ornitorrincos, de hecho se parecen más a los erizos, siendo confundidos frecuentemente. Como sucede con la mayoría de los animales poco comunes, su distribución geográfica está muy limitada pudiéndose localizar únicamente en algunas islas de Nueva Guinea, Salawati, Australia o Tasmania. En la actualidad sólo perduran cuatro especies vivas y se tiene constancia fósil de otras cuatro ya extintas. 
Ejemplar adulto de equidna.
Su dieta se basa en insectos, en especial hormigas y termitas, que logra atrapar gracias a una larga y pegajosa lengua de unos 20 cm de longitud. Al igual que los ornitorrincos, cuentan con un sistema de electrorreceptores que les permiten detectar sus presas a través del campo eléctrico generados por éstas. Aún así, tienen bastante desarrollado el sentido del olfato. Es curioso que, a pesar de ser mamíferos, no tienen dientes; trituran la comida usando unas espinas córneas localizadas en la parte posterior del paladar.
Poseen tanto machos como hembras espolones, pero a diferencia de sus primos evolutivos, los ornitorrincos, se localizan en la articulación de las patas posteriores y además no son venenosos. Los investigadores no se ponen de acuerdo a la hora de explicar cuál es su función.

Sus patas acaban en pies y manos adaptados para excavar en el suelo, donde construyen galerías o buscan su alimento. En las patas posteriores, el segundo dedo es más largo que el resto y lo usan para rascarse o mantener aseados el pelo y la piel. Su parecido con los erizos se debe a la presencia de largas púas en el dorso del animal y a su hocico alargado.
Aunque parecidos, el equidna y el erizo no son tan iguales.
Al igual que el resto de monotremas, la hembra pone huevos. En cada puesta solo pone uno, de cáscara blanda y que coloca en su bolsa unos 22 días después de la fecundación. El resto del desarrollo fetal se realiza en dicha bolsa y dura unos 10 días más, en los que el joven equidna se alimenta de la leche materna a través de los poros de las glándulas mamarias al carecer de pezones.
Curiosamente los equidnas machos tienen cuatro cabezas en el pene (pene tetracapitado) aunque solo utilizan dos de ellas durante la cópula.
Bebé de equidna.
A continuación, un video sobre los equidnas:



Por: Raúl Ponce Cardoso.

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