domingo, 24 de noviembre de 2013

Anfibios: ¿presas fáciles?

Glándulas venenosas  de la salamandra común ampliadas.
A simple vista la mayoría de los anfibios parecen inofensivos, ya que sus cuerpos son blandos, son bastante lentos y generalmente son de pequeño tamaño.Sin embargo, poseen métodos de defensa muy eficaces.Para defenderse de sus depredadores, los anfibios han desarrollado glándula venenosas,las cuales se encuentran especializadas en las salamandras,los sapos y en las ranas arborícolas.

Los anfibio producen sus toxinas a partir de alcaloides que toman de su alimento.Muchas plantas y animales presentan estos compuestos y,una vez digerida la presa,las toxinas pasan a la piel,donde se acumulan en glándulas venenosas.Un ejemplo de este proceso está en la rana  Dendrobates leucomelas, cuya alimentación fundamental son las hormigas, de donde obtienen el ácido fórmico, el origen de su toxicidad.
Rana  Dendrobates leucomelas

El veneno de los anfibios es muy diferente en cuanto a las reacciones que producen a sus depredadores, muchos de ellos solo producen una irritación de piel, pero otros son mortales.La mayoría de anfibios que poseen estos venenos normalmente poseen coloridos vivos, con ellos avisan de su peligrosidad.Aunque el colorido sea algo común en los anfibios venenosos, no todos poseen veneno, es más,aprovechan este factor para intimidar a sus depredadores.

Detalle de los dientes del escuerzo de Cranwell
En vez de veneno, otros anfibios hinchan de aire sus pulmones de manera que resultan difíciles de tragar, o bien permanecen quietos para desconcertar a sus depredadores, para saltar al tiempo que expulsa su orina.Todas estas actitudes constituyen una especie de mecanismo defensivo.Incluso hay unos pocos anfibios que poseen dientes muy desarrollados, puesto que se alimentan de pequeños mamíferos como ratones.Estos dientes también pueden ser usados para defenderse en casos extremos.

Por: Francisco Pérez Rodríguez

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