domingo, 30 de septiembre de 2012

Entra el otoño... llegan las cochinillas de la humedad

Hace ya ocho días que comenzó el otoño y por fin las temperaturas bajan unos cuantos grados. También la humedad aumenta, sobre todo por la noche y el amanecer.
Es entonces cuando numerosas especies de invertebrados, a las que les gusta el ambiente húmedo, empiezan a dejarse ver por jardines, parques, calles, etc. De entre todas ellas me gustaría destacar una, la conocida como "cochinilla de la humedad".
Armadillium opacum
Para empezar quiero aclarar que este invertebrado NO es un insecto, sino un crustáceo. Esto quiere decir que pertenece al mismo grupo animal que las gambas, percebes, cangrejos, etc. De hecho, son los únicos crustáceos que han colonizado el medio terrestre, aunque aun conservan vestigios de su origen acuático, como el hecho de necesitar gran cantidad de humedad atmosférica para que su sistema respiratorio (branquial) funcione correctamente.
Todas las especies de cochinillas de humedad pertenecen al orden Isopoda (píes iguales; iso: igual; poda: pié), el grupo más diverso de los crustáceos. Según los estudios más recientes, se originaron hace unos 300 millones de años, en el Paleozoico.
Su cuerpo se encuentra dividido en tres partes: cabeza, tórax y abdomen.
En la cabeza presentan dos pares de antenas, el primero está bien desarrollado y lo usan como órgano sensorial; el segundo es mucho más pequeño y no visible a simple vista.
El tórax presenta 8 segmentos, cada uno de los cuales tiene un par de patas. El primer segmento está fusionado con la cabeza.
Finalmente, el abdomen tiene en el extremo final un par de apéndices llamados urópodos.
Posición de seguridad
Como cualquier otro crustáceo, excreta urea, lo que le supone una mayor pérdida de agua. Este es otro factor que hace que su dependencia de la humedad sea vital.
Pero quizás lo más característico de estos animales y por lo que se les conoce, es por su capacidad de enrollarse formando una "bolita". Esto puede hacerlo gracias al tipo de exoesqueleto que presentan y a que sus segmentos no se encuentran fusionados. Este es un mecanismo de defensa que les permite proteger todas sus partes blandas y órganos sensoriales ante el eventual ataque de un depredador.
No obstante, hay que indicar que no son los únicos animales con esta capacidad
Por último indicar que, al igual que el ciempiés, mueren en muy poco tiempo si no se encuentran en lugares lo suficientemente húmedos.
En el próximo artículo: cochinillas gigantes.

Por: Raúl Ponce Cardoso

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