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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Nuestra fauna y flora V: el lince ibérico

El lince ibérico, conocido con el nombre científico Lynx pardinus, es un felino de volumen mucho mayor que el de un gato doméstico. Evolutivamente forma parte de la línea de los grandes felinos (tigres, leones, leopardos, etc.), de los que se separa por unos tres o cuatro millones de años aproximadamente.

La distribución del lince ibérico se encuentra restringida actualmente a tres poblaciones: 2 en Andalucía y una en los Montes de Toledo (Castilla-La Mancha). El hábitat principal del lince ibérico está constituido por zonas de bosque mediterráneo y matorral, aislado de la actividad humana.

El tamaño del territorio de un lince está condicionado por la abundancia de presas para alimentarse, abarcando de media unos 12 kilómetros cuadrados de terreno. La adquisición de un territorio ocurre por asentamiento de una vacante, desaparición del animal dominante, por enfrentamientos, colonización de lugares que hayan mejorado en años anteriores, etc. Los linces tienden a defender territorios de la menor superficie posible y que les procuren alimento para subsistir. Así pues, mientras conejos y zonas de bosque mediterráneo, mejor.

En la mayoría de casos, vive de manera antigregaria y nómada, siendo la época de celo cuando los enfrentamientos suelen ganar mayor intensidad llevando, en ocasiones, a la muerte de uno de los dos contrincantes, en la lucha por acaparar el mayor número de hembras en celo. La época de celo comienza entre principios de enero y finales de febrero. Aunque el lince es un animal de hábitos solitarios, en esta época suele permanecer con su pareja. Hacen las madrigueras en lugares bien protegidos, tales como huecos en los árboles, agujeros en el suelo, etc. La gestación dura entre 60 y 64 días, tras la cual la hembra pare una media de 2 crías, siendo ella quien se hará cargo de las crías.

El lince ibérico se declaró especie protegida en 1.966 y una de las mayores prioridades para su protección es la de preservar su hábitat, así como la protección de las poblaciones de conejos de las que se alimenta. También se están llevando a cabo programas de reproducción en cautividad.

Por: Paula Sanz

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